Que sigan cayendo y despedazándose

Por: Diana Leticia Nápoles.

Es Día Mundial de la Salud Mental. Creo que este año es una fecha aún más importante dadas las condiciones a las que hemos tenido que adaptar nuestros mundos para continuar trabajando, aprendiendo, acompañando, ejercitándonos y tomándonos de la mano unos a otros.

Este año he leído muchísimo sobre asuntos relacionados con salud mental. Por primera vez he convivido de cerca con personas que manifiestan signos de depresión y ansiedad o personas cercanas me han expresado este tipo de padecimientos en su vida. Más de una vez en este año alguien de mi círculo o yo misma nos hemos sentido rebasados por todo lo acontecido, estallando en quejas, llanto o simplemente retrocediendo porque a veces avanzar parece muy difícil.

Nuestra piel ya da noticia de todos estos cambios en los estados de ánimo, más de un conocido me cuenta del vaivén de emociones que ha experimentado durante estos meses y lo sorprendido que se siente de conocer una gama distinta a la que estaba acostumbrado.

He visto llorar a alguien porque siente que no puede seguir. He escuchado narrativas personales donde parece que remar fuerte es cada vez más complicado. De repente me he sentido la entrenadora que te da palabras de ánimo en el gimnasio para que no dejes de hacer tus repeticiones, para que no te rindas y sigas empujando con toda la fuerza que hay dentro de ti, pero también he sido quien otras veces dice: no tengo las herramientas para ayudarte, creo que sería mejor que busquemos a un profesional.

Me siento limitada en este campo, incluso he considerado la opción de estudiar psicología para empezar a ver más hondo en los rasgos de la conducta humana y en los misterios de nuestra naturaleza.

Hoy estoy segura de que sería útil y nos haría bien estar muy atentos al ánimo y a las palabras que utilizan las personas que más amamos, para ser capaces de detectar cuando algo inquieta al otro, cuando algo le produce miedo, desazón, preocupación y que quizá no se atreve a decirlo contundentemente por temor o por cualquier otro motivo. Si somos capaces de detectarlo, será más sencillo ofrecerles nuestra escucha, apoyo, acompañamiento, o simplemente recomendar la opción de pedir ayuda a un especialista.

Creo que es un buen día para seguir abonando a que los prejuicios sobre estos temas sigan cayendo y despedazándose lo más rápido posible.

Twitter: @diananapoles

*Texto escrito el 10 de octubre de 2020.