Irse

Columna de opinión

Diana Nápoles
2 min readDec 25, 2017

Por: Diana Leticia Nápoles Alvarado

Para que algunas cosas nazcan, otras tienen que apagarse. Para que nuevas personas lleguen, otras tienen que salir. El proceso de transición suele ser duro, un despedirse sin saber muy bien de quien sabe cuántas cosas, momentos, lugares, personas, sonrisas, rutinas.

Hay que dejar atrás, apartarse sin entender muy bien de qué se trata todo esto o cuáles son los pasos que deben irse dando, en qué orden; ¿lento o rápido? ¿Gritando o en silencio? ¿Mirando de reojo o sin voltear? ¿De corridito o por partes? ¿Continuo? ¿Intermitente? ¿Con cerveza o tinto? ¿De cabeza o mirando al frente?

Me pregunto tantas cosas. ¿“Irse” es cambiar de nombre, dirección, teléfono y redes sociales? ¿“Irse” es poner una tapia para no poder volver a caminar por la misma ruta? ¿“Irse” es patalear a las 2:00 a.m. y golpear con rabia la almohada porque no sabemos cómo improvisar nuevos escenarios?

¿Qué es “irse”? ¿Cómo es que uno aprende a “irse” completamente? ¿Es un desvarío pensar en las consecuencias de irnos y olvidar el camino que nos trajo hasta donde hemos llegado? ¿Es simplemente éste un juego de palabras?

No sé cómo es que uno deba “irse”. Tal vez todos los días nos estamos yendo del o la que fuimos ayer, y entonces no distinguimos lo que es “irse” porque estamos configurados para pensar que todo continúa siendo como en nuestro pasado inmediato.

2017 ha sido un gran año, lleno de terrenos de subidita donde el esfuerzo tuvo que ser el tripe o cuádrupe para avanzar por algunos tramos. Fue un tiempo lleno de cambios, de esos para los que no estás preparado.

Ha sido un año donde aprendí mucho sobre mí, donde presté más atención a las cosas que tenía que decirme, un año para suavizar el aire y volver a escucharme. Éste ha sido un año en el que recobré el diálogo que tiempo atrás mantenía conmigo misma.

El último semestre me sacudió de una manera impensable y aún estoy en vías de recuperar el aliento para lanzarme detrás de nuevas osadías.

El proceso de “irme” ha sido lento y difícil. Pero sé que si continuo empujando fuerte y esforzándome, pronto mi corazón sentirá que está listo para volver a creer con todas sus entrañas.

Si esta Navidad puedo pedir un deseo, sería que todos encontremos la tranquilidad y confianza necesarias para disfrutar las cosas increíbles y maravillosas que la vida tiene preparadas para cada uno.

Lo mejor siempre está por venir, ¡a remar se ha dicho!

Twitter: @diananapoles | Instagram: @dianna_napoles

*Escrito el 25 de diciembre de 2017.

--

--

Diana Nápoles
Diana Nápoles

Written by Diana Nápoles

Comunicóloga, lectora y cronista en entrenamiento

No responses yet