Me lo contó un #Pajarito

Columna de opinión

Por: Diana Leticia Nápoles.

Tuit de arranque: “Antes de dormir la vida debería preguntarnos: ¿desea guardar los cambios?”. Es cierto que todo cabe en un tuit sabiéndolo acomodar, ¿a poco no?

¿Cuál es el mérito de comunicar en 140 caracteres un mensaje, estado, noticia o actividad? Para quienes no se han dado la oportunidad de abrir una cuenta de Twitter, déjenme decirles que redactar un tuit requiere astucia, habilidad y una capacidad de síntesis extrema.

Un ejemplo del alcance y fuerza que ha tomado este medio electrónico se vivió durante la transmisión del Súper Bowl, donde esta red social generó un récord de 24.1 millones de publicaciones, según datos de El Universal; cito un tweet para ilustrar lo anterior: “Con el apagón qué cosas suceden #Súper Bowl”.

Uno se puede pasear horas leyendo los tuits del número de personas que hayamos elegido seguir. La utilidad que demos a esta red social depende de nuestros intereses, que pueden ir desde promover publicidad, buscar entretenimiento, consultar noticias o incluso crear mini ficciones pensadas para públicos virtuales.

Prueba de ello es el libro digital El Fin del Mundo. Manual de uso, escrito por José Luis Zárate (Puebla, 1966). Se trata de una publicación de ficción breve, denominada por su autor como ‘twitteratura’, es decir, cuentos de máximo 140 caracteres. “Hay nuevas maneras de ofrecer un libro”, escribe José Luis.

Durante los meses de noviembre y diciembre de 2012, Twitter lanzó un festival de creación literaria con el propósito de incentivar a sus usuarios a contar historias a través de este medio, para lo cual los participantes utilizaban en hashtag #TwitterFiction.

Tuit de medio tiempo: “La ‘h’ es muda, el amor es ciego, Beethoven es sordo y hay tamales oaxaqueños #Poetuit”.

José Luis dice que su libro “fue escrito para las redes sociales, es la nueva forma de las letras”. Estas nanoficciones dan cuenta de esta nueva manera de comunicar ideas en pocas palabras. En un tuit nos cabe el resumen del día, un estado de ánimo, una anécdota, el estribillo de una canción, un poema, una pregunta, un chiste, el titular de una noticia, cualquier sorpresa, el elogio de la vida, el argumento de una queja, la respuesta de un examen, un epígrafe o cualquier composición que deseemos crear.

Estamos ante nuevas formas de creación y difusión de conocimiento e información. Tenemos acceso a cada vez mayor cantidad de herramientas tecnológicas que a través de sus plataformas nos permiten acceder y entablar relación con un número creciente de realidades.

Entrar a Twitter es como quitarse los zapatos y ponernos a leer qué está diciendo el mundo a la hora que nos plazca, sin que nadie se dé cuenta de que estamos mirando, y con total libertad de quitar y poner nuestros intereses a la vista.

El año pasado en México contábamos con 10.7 millones de usuarios registrados, lo cual nos posiciona en el ‘top ten’ de los países con mayor número de cuentas, mientras que a nivel mundial existen 500 millones de usuarios. Por eso, dime a quién retuiteas y te diré quién eres (retuitear equivale a reenviar un mensaje a todos tus contactos).

El contar con diversos soportes digitales nos permite experimentar con formatos y demás elementos que ayudan a ir construyendo una narrativa que se recrea a sí misma cada día, encontrando nuevos usos, libertades y dibujando otras formas de expresión impensables hace sólo unos años.

Los medios de comunicación también van adaptando la presentación de sus contenidos a las demandas y necesidades de sus usuarios y consumidores. Twitter tiene entre sus ventajas el ofrecer esa brevedad.

Tuit de cierre: “Un semáforo que proyecta películas #IdeaMillonaria”. Y por si ya se lo imaginaban, les dejo mi usuario de Twitter, para quienes quieran seguirme: @diananapoles, allá los espero en mis tierras.

Texto publicado en la sección La Laguna del periódico El Siglo de Torreón el 6 de febrero de 2013 en la segunda edición del espacio universitario Jóvenes columnistas.

Enlace a publicación: https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/837224.me-lo-conto-un-pajarito.html